
Los países en desarrollo lograron mejorar significativamente los resultados de la educación. Sin embargo, la actual crisis económica mundial amenaza este progreso, ya que reduce el potencial de hogares y gobiernos para invertir en educación. Si las naciones en desarrollo permiten el deterioro de los niveles de matrícula y de aprendizaje mientras ésta persista, perderán la capacidad de ganar ventajas en competitividad cuando se recupere la economía mundial. Los niveles de aprendizaje y matrícula escolar corren peligro en los Estados perturbados por la crisis; es probable que los países y hogares más pobres sean los más afectados, debido a que son los que más sufren con la disminución de los recursos fiscales y la cada vez mayor falta de empleos. Para mantener los avances en educación a pesar de la crisis, los países en desarrollo y los países donantes deben priorizar sus esfuerzos y sus inversiones. Es necesario que estos últimos mantengan los niveles de ayuda y mejoren su efectividad. Identificar la naturaleza y la magnitud de las repercusiones de la crisis en educación es un primer paso muy importante para preparar una respuesta adecuada. La experiencia de eventos anteriores de este tipo y de evaluaciones recientes apunta a programas que puedan aminorar los peores efectos de la crisis en educación. A pesar de los riesgos que representa para el avance en educación, la crisis puede ser una oportunidad a más largo plazo para mejorar la eficacia de los sistemas educacionales y atraer y mantener a profesores mejor preparados.
Fuente: http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,,contentMDK:20550698~menuPK:1074643~pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:1074568,00.html
Fátima Mª López Sandoval
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